Hacia la superación del franquismo (XIII)

Hacia la superación del franquismo (XIII) - Actualidad Política y Cultural - Blog de Rafael Silva: Y la estupenda cita de entradilla de ese valiente ex Teniente del Ejército como es Luis Gonzalo Segura nos ayuda a introducirnos en esa aún intensa herencia del franquismo. Como hemos afirmado muchas veces, el franquismo no murió con el dictador, sino que los modos, formas y estructuras de poder procedentes de su abominable régimen, con un poco de lavado de cara, de barniz y de disfraz democrático, perviven en la actualidad. Le dedicaremos espacio a fondo a todas esas manifestaciones que podríamos denominar "franquismo sociológico", pero de momento, ya tenemos identificados ciertos aspectos que provienen de él. Las consecuencias de la dictadura fascista de Franco han tenido repercusiones que llegan a la actualidad, manifestadas y concretadas en diferentes características que todavía se resienten, y que aún mantienen su vigencia. La mayoría tienen que ver con el despliegue y radio de acción de las estructuras de poder que existían en la dictadura, y que aún disfrutan de su alargada sombra. Entre ellas podríamos destacar las siguientes:

1.- Restauración Monárquica y protección de los estamentos de poder. La Monarquía fue dejada "atada y bien atada" por el régimen franquista, que nos impuso (con ayuda de Adolfo Suárez) al Rey Juan Carlos I y después a su heredero, Felipe VI, y que representa una institución caduca, anacrónica y antidemocrática por excelencia. Por su parte, el papel de las Fuerzas Armadas como protectoras y garantistas de la "unidad de España" reflejado en la Constitución, así como la continuación de las garantías del inmenso poder de la Iglesia Católica (ver nuestra serie de artículos dedicada a dicho asunto), son aspectos que provienen del régimen franquista, y que a más de 41 años de la muerte del dictador, aún no hemos sido capaces de desmontar.

2.- Debilidad de las clases trabajadoras. Manifestada sobre todo en la práctica ausencia de conciencia de la clase obrera, que hereda y manifiesta los mismos valores que la clase dirigente, es decir, que las élites capitalistas. Pese a las enormes huelgas obreras celebradas entre 1974 y 1978, dichas huelgas no fueron capaces de romper con la reacción, de ahí las limitadas influencias sindicales. Los Pactos de la Moncloa de 1977 como primer germen del desmontaje del poder de los sindicatos, y las sucesivas reformas laborales y del sistema público de pensiones puestas en marcha desde entonces, han contribuido a debilitar cada vez más a las clases populares y trabajadoras, y a transformar a los sindicatos en elementos de concertación amable en vez de en actores dirigentes de la lucha obrera.

3.- Influencia política de los grandes grupos empresariales y financieros. Ya sabemos que el golpe militar que se sublevó contra la Segunda República fue financiado por un grupo de grandes empresarios (entre los que sobresalía Juan March), cuya influencia y poder llega hasta nuestros días. El régimen franquista protegió a dichos grupos empresariales y financieros, y nuestra actual "democracia" lo continúa haciendo, y esto se traduce en que en nuestro país una élite de unas 1.400 personas controla el 80,5% del PIB español. Esto ha sido muy determinante para que dicha oligarquía haya promovido la burbuja inmobiliaria, el alto nivel de endeudamiento, etc., y para que perduren aún leyes injustas y anacrónicas que les conceden un poder a la banca, la Iglesia y las grandes empresas como en ningún otro país de nuestro entorno.

4.- Presencia de Instituciones y mercados imperfectos. Ello se manifiesta por ejemplo en carencias en el mercado de trabajo (mientras en Europa crece la "cogestión" empresarial en España la patronal fomenta el abaratamiento del despido), carencias en el mercado financiero (la gran banca española posee mucho más poder que en los países de nuestro entorno), o en carencias en el sistema tributario (en el cual, y pese a la declaración constitucional, la carga tributaria llega a ser regresiva, debido a la poca inclinación de las clases acomodadas y poderosas a pagar impuestos). María Encarna Nicolás, en su "Breve historia de la España de Franco", nos da cuenta de que "En 1973, la banca dominaba al menos dos tercios de las cincuenta mayores compañías industriales del país, por lo que controló la toma de decisiones económicas en ramas industriales tan importantes como la energía eléctrica y nuclear, la química y petroquímica, la siderúrgica, el automóvil, el cemento, la papelera, el vidrio, la azucarera y los propios monopolios públicos como Campsa, Telefónica o Tabacalera".

5.- Déficit Social. Diversos autores han estudiado a fondo sobre el subdesarrollo social de nuestro país, y el déficit que sufrimos en las facetas de nuestro Estado del Bienestar, con respecto a los países de nuestro entorno (véase al respecto la extensa y magnífica obra de Vicenç Navarro). En resumidas cuentas, existe una protección social muy escasa frente a los países de nuestro entorno (manifestada desde el Salario Mínimo Interprofesional, hasta el porcentaje de la población que trabaja en los ámbitos de los servicios públicos que tienen que ver con el desarrollo del Estado del Bienestar), debido a las constantes restricciones presupuestarias, además de la presión ideológica de nuestra perversa patronal, reforzada por las presiones internacionales del neoliberalismo imperante (actualmente y sobre todo, la Troika europea).

6.- Débil vinculación de la economía española con el exterior. La apertura económica de 1959 en plena dictadura, se dio con un modelo productivo que basaba su competitividad en bajos salarios, así como en los favores administrativos que la dictadura ofrecía a las compañías multinacionales, así como en la expansión del turismo y la devaluación monetaria. Al abrirse tras la dictadura España a la Unión Europea, incrementaría sus fondos de cohesión, pero a costa de perder sectores estratégicos de nuestra economía, a costa de poner en marcha una profunda reversión de nuestro modelo industrial, y a costa de perder el mecanismo de devaluación de nuestra moneda, como consecuencia de nuestra entrada en el sistema de la Moneda Única, el euro.

7.- Política de contención salarial. En este sentido, España sería el único país donde no crecerían los salarios reales de los/as trabajadores/as entre 1995 y 2005, dentro del contexto de los países de la OCDE. Ello es parte de la estrategia de esta convergencia económica por la vía de los bajos salarios, la baja especialización y la falta de grandes inversiones que hubiesen necesitado de una mayor presión fiscal e impositiva sobre las clases altas de nuestro país, lo que hubiera contenido también el crecimiento desmedido de las desigualdades sociales.

Todos estos factores proceden del franquismo, y fueron determinando las principales líneas políticas del Régimen surgido de la Constitución de 1978, que como hemos afirmado y estudiaremos más a fondo en su momento, no aprovechó para sanear nuestras relaciones laborales, económicas y sociales, sino que contribuyó a blindar y perpetuar las estructuras de poder franquistas, así como el aparato represor procedente del régimen de Franco. Tal "herencia" lastraría nuestras posibilidades económicas y sociales, imposibilitando la vuelta a las directrices económicas y sociales desarrolladas durante la breve experiencia de la Segunda República, y ello, además, se acrecienta sobre todo a raíz del Tratado de Maastricht de 1992, donde se imponen las más fanáticas y estrictas teorías neoliberales, y a las cuales quedamos consagrados con nuestra pertenencia a esta Unión Europea del gran capital, de los mercaderes y de los poderes financieros. Continuaremos en siguientes entregas...